martes, 27 de mayo de 2008

Cáncer: a un paso de una vacuna
BBC Ciencia La ciencia está cada vez más cerca del desarrollo de una vacuna específicamente dirigida a matar células cancerosas.

La proteína con la que se produciría la vacuna se encuentra en las células dendríticas.Científicos británicos lograron identificar una proteína de las células inmunes con la cual creen que se podrían aprovechar las propias defensas del organismo para atacar a un tumor.
Con una vacuna dirigida específicamente hacia esa proteína, se podría enviar un mensaje al sistema inmune para que éste ataque a la célula invasora.
Los científicos del Instituto de Investigaciones de la organización Cancer Research en Londres, afirman que están a un paso de poder producir esta vacuna.
La investigación aparece publicada en Journal of Clinical Investigation (Revista de Investigación Clínica).
Ataque dirigido
La proteína identificada por los científicos se encuentra solamente en un tipo de célula inmune llamada célula dendrítica.
El desarrollo de tratamientos que puedan ser dirigidos con precisión al cáncer y que tengan pocos efectos secundarios es uno de nuestros objetivos primordiales.
Y los resultados de esta investigación son un avance muy importante hacia el entendimiento de cómo crear vacunas contra el cáncer en el futuro
Lesley Walker, Cancer ResearchEstas células son las responsables de disparar el sistema de defensa del organismo cuando se ve amenazado por patógenos, organismos que causan enfermedades.
Los científicos han estado buscando estas proteínas durante 30 años pero hasta ahora han encontrado muy pocas.
Ahora con este hallazgo esperan que una vacuna sea capaz de dirigir esta proteína para que el sistema inmune ataque específicamente a las células cancerosas.
Y también, dicen, se podría usar esta misma estrategia para atacar a otros patógenos, como el virus VIH o la malaria.
"Las vacunas funcionan disparando un ejército de células inmunes, llamadas células T para que ataquen a moléculas foráneas potencialmente peligrosas", explica el doctor Caetano Reis e Sousa, quien dirigió el estudio.
"Y las células dendríticas son las mensajeras, las que ordenan a las células T a quien atacar".
"Ahora logramos encontrar un proteína en las células dendríticas -llamada DNGR-1- que puede ser dirigida por medio de una vacuna", agrega el investigador.
Larga búsqueda

La vacuna enviaría un mensaje al sistema inmune para que éste ataque a la célula cancerosa.La estrategia requiere que la vacuna transporte una muestra de la molécula foránea y la lleve hacia la DNGR-1 en las células dendríticas.
Y estas células a su vez entregarán la molécula a los ejércitos de células T y les ordenarán atacarla.
Desde que las células dendríticas fueron descubiertas en 1973, los científicos han estado buscando a las proteínas que puedan ser usadas para poder llevar una vacuna hasta esas células.
Pero hasta ahora sólo habían logrado encontrar proteínas que existen en otro tipo de células.
La estrategia no puede utilizarse con cualquier tipo de célula porque éstas podrían llevar instrucciones contradictorias sobre las moléculas que deben atacar o no llevar ningún mensaje.
Es por eso, afirman los investigadores, que la búsqueda de esta proteína específica era un objetivo tan importante.
Tal como señala la doctora Lesley Walker, directora de información de Cancer Research, "el desarrollo de tratamientos que puedan ser dirigidos con precisión al cáncer y que tengan pocos efectos secundarios es uno de nuestros objetivos primordiales".
"Y los resultados de esta investigación son un avance muy importante hacia el entendimiento de cómo crear vacunas contra el cáncer en el futuro

Espero que este texto sea tan interesante para ti como los anteriores.Tienes plazo para tu comentario hasta el Lunes 02 de Junio.

jueves, 22 de mayo de 2008


  1. Miércoles 21 de mayo de 2008

    Oceanografía de la Universidad de Concepción en "Science":
    Producimos más nitrógeno que el quela Tierra y los océanos pueden soportar
    Científicos de todo el mundo midieron por primera vez cuánto nitrógeno lanzamos a los mares. Es mucho más de lo que ese sistema toleraría; nos puede envenenar.
    LORENA GUZMÁN H.No sólo de dióxido de carbono (CO{-2}) vive el cambio climático. El nitrógeno que liberamos al quemar combustibles fósiles y al utilizar fertilizantes también es un elemento clave: los océanos están rebasados de él.El ser humano produce un tercio del nitrógeno presente en los océanos, y no alcanza a ser totalmente absorbido. Eso concluyeron más de 30 científicos de todo el mundo y lo publicaron en la última "Science"."La mayor entrada de nitrógeno antropogénico al océano se ha producido en las últimas decadas, y no sólo por la quema de combustible fósil, sino que principalmente por la producción y uso masivo de fertilizantes", cuenta el oceanógrafo de la Universidad de Concepción Osvaldo Ulloa, quien participó en el estudio.El dato es crucial para recalibrar los modelos que tratan de explicar y predecir el comportamiento del planeta; entre ellos, los del cambio climático.Cambio nocivoEl problema no es el nitrógeno en sí.Éste, liberado a la atmósfera, es arrastrado por el viento y depositado en los océanos.Allí, se convierte en óxido nitroso (N{-2}O), el que regresa libre a la atmósfera.Pero el de N{-2}O es un poderoso gas invernadero, unas 300 veces más dañino que el CO{-2}.Además, "el óxido nítrico y amoníaco (parte del nitrógeno que emitimos) contribuyen a la formación de pequeñas partículas y del ozono en la tropósfera, lo que aumenta el riesgo de enfermedades pulmonares", dice el oceanógrafo.El aumento del ozono troposférico también disminuye la productividad agrícola."El beber agua con altos contenidos de nitrato podría traer riesgos para la salud, incluyendo problemas reproductivos y cáncer, pero todavía se requiere confirmar que esto es así", dice.El N{-2}O es parte de un ciclo mucho más complejo de lo pensado. Si aumenta la presencia del nitrógeno en el agua, aumentan las plantas marinas. Si aumentan las plantas marinas, crece la demanda de CO{-2} de la atmósfera. Es decir, desaparece parte de la contaminación que expulsamos al aire. Hasta ahí el ciclo es beneficioso; pero entonces aparece el N{-2}O."En lugares donde el océano costero recibe una gran cantidad de nutrientes, como el Golfo de México, se ha visto una reducción significativa de la biodiversidad marina y la mortalidad masiva de especies de importancia comercial, como peces y crustáceos", explica el científico.En el océano abierto todavía no hay evidencia de que haya cambios en la biodiversidad.Ahora no sólo debemos preocuparnos de la "huella de carbono" que dejamos; la de nitrógeno importa por igual.Ulloa recomienda poner foco en la emisión de compuestos nitrogenados de automóviles e industria. Evitar el petróleo a toda costa.Concentrarse en mejorar las prácticas agrícolas y de la acuicultura, con el uso más eficiente de los fertilizantes y de los alimentos para los peces, "de tal manera que haya una menor pérdida de nutrientes hacia el medio". Y mejorar las prácticas de producción animal para disminuir las pérdidas de nitrógeno reactivo al medio."Tratar las aguas de desechos en las grandes ciudades, por lo cual el nitrógeno reactivo es transformado a nitrógeno, un gas inerte, también ayudaría", asegura desde Concepción.

miércoles, 14 de mayo de 2008

contaminacion quimica

Contaminación del Volcán Chaitén superaría a la de Santiago en un año
Universidad Andrés Bello
Según un estudio realizado por el director de Ingeniería Ambiental de la Universidad Andrés Bello, Marcelo Mena, en conjunto con el grupo del instrumento OMI de la NASA, el volcán ha generado una masa de ceniza que avanza rápidamente hacia Argentina y superaría las 6000 toneladas de dióxido de azufre, equivalente a la mitad emitida por la capital en todo el año 2005.

NASA, mediante su instrumento A-Train que funciona a bordo de los satélites Aqua, Terra y Calipso, ha seguido desde sus inicios la trayectoria de la pluma de humo que ha generado la erupción del Volcán Chaitén desde su erupción el pasado 3 de mayo. El sistema que mide una serie de contaminantes, constató que las emisiones superarían las 6000 toneladas de dióxido de azufre (SO2), equivalente a la mitad de la contaminación que la ciudad de Santiago emitió en todo el año 2005. “Podemos anticipar que con la nueva actividad del día martes, con mayor componente magmática, estas emisiones crecerán, ya que la altura de inyección de estos contaminantes hace que su transporte sea de gran escala, llegando rápidamente a la costa del atlántico, como se puede ver en la imágenes satelitales de los instrumentos MODIS y OMI”, destaca el investigador y director de Ingeniería Ambiental de la Universidad Andrés Bello, Marcelo Mena. Mena, a través del sistema de predicción Hysplit de NOAA, señala que nuevamente el material emitido será transportado hacia Argentina, aunque esta vez acarreando mayores cantidades de dióxido de azufre. Sin embargo “es importante destacar que este tipo de emisión no significa que generará lluvia ácida. La ceniza sólo se depositará en el país vecino, pero el dióxido de azufre, por la altura en la que se encuentra, probablemente se oxidará convirtiéndose en sulfato, y quedará atrapado en la alta tropósfera hasta volver a la tierra en forma gradual”, concluye el académico. Validación satelital Actualmente, diversas entidades se encuentran investigando el carácter global de la contaminación, entre ellos, el consorcio SAEMC (South American Emissions, Megacities and Climate) que se encuentra realizando estudios para dilucidar estrategias a nivel sudamericano para disminuir emisiones y sus beneficios hacia la salud y el clima. Estas estrategias utilizan tanto herramientas de medición superficiales y satelitales, acompañados de modelos de calidad de aire de alta sofisticación. En nuestro país, la Universidad de Chile, la Universidad Andrés Bello, Universidad de Valparaíso, y la Dirección Meteorológica de Chile se encuentran desarrollando modelos que permitirían evaluar el destino de contaminantes de origen natural y antropogénico, validándolos con observaciones satelitales. Las fotografías sobre el recorrido de los contaminantes del Volcán Chaitén fueron generadas por el director del Programa Volcánico de NASA/OMI, Arlin Kruger, en conjunto con Nickolay Krotko y Simon Carn, investigadores senior de la rama de Química y Dinámica Atmosférica de NASA.

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